EL LÍDER ACTUAL
Hoy no debe mirarse desde esa perspectiva. El profesor L. Daft de la Universidad de Vanderbilt, en su libro “la experiencia del liderazgo”, afirma que el liderazgo no depende de la persona, posición o el título que se ocupe, sino que ser líder hoy es fundamentalmente un acto de humildad. Se requiere la capacidad de inspirar, motivar, aceptar errores y dudas, confiar y aprender de los otros. Agrega que anteriormente el líder competía, hoy el líder tiene que crear comunión, trabajo en equipo y colaboración.
La sicóloga de la Universidad Javeriana Luisa Gonzáles comenta que es frecuente que en muchas empresas los empleados estén desmotivados por el desequilibrio entre lo humano y el aporte laboral. Ser líder es transmitir la energía, es llevar el entusiasmo a los otros, es cierto que debe existir la autoridad, el control y la rigidez, pero si todo se centra en eso se apaga el ánimo y la motivación, y eso no invita a una visión común sino a una obligación común.
Un buen líder no debe centralizar el poder. Su función consiste en fomentar la participación, recurrir a sus colaboradores y delegar funciones. Lussier y Achua, en su libro “liderazgo”, afirman que el líder de hoy debe tener la capacidad no sólo de influir en sus seguidores, sino de ser un seguidor.
El líder es realmente quien permite ser cuestionado, quien permite que el acto de seguirlo sea voluntario y sobre todo tiene que ser capaz de mirar todos los puntos de vista. Eso es lo que llaman un liderazgo democrático, donde todas las ideas tienen valor en la consecución de los objetivos. En muchos casos se tiende a mostrar más interés por las tareas y los objetivos que por las personas que trabajan en una actividad o que se verás afectadas por las metas. El líder democrático, según el periodista Carlos Lorza, es capaz de poner en una balanza las prioridades, para de ese modo generar un buen ambiente entre sus seguidores.
Ahora el papel que desarrolla cada integrante del equipo tiene igual importancia, toda vez que para un desarrollo efectivo de las potencialidades de cada uno de los integrantes, se hace necesario la asunción de actitudes más allá de la comodidad de las respuestas automáticas que de un líder. De ahí que un liderazgo efectivo propugne por alimentar todo ese conjunto de capacidades generando actitudes propositivas antes que simplemente ordenar una mano de obra.
De ahí que como lo menciona el periodista Camilo Herrera, el fortalecimiento de las capacidades de liderazgo se encuentra íntimamente relacionado con la autoevaluación y la revisión crítica pero constructiva y permanente. Ello implica, que el líder asuma posiciones éticas que lo lleven más allá del camino de la auto alabanza.
El Líder es quien tiene la capacidad de escuchar la crítica para mejorar. El primer paso es entender que todo está por hacerse. Y esto causa un mejor colaborador. Además, los colaboradores pueden ser borregos, como afirmaba Nietzsche, ó pueden ser reflexivos y buscar la forma de mejorar a su líder. El colaborador debe ser crítico en el proceso al que pertenece para ser parte fundamental del mismo.
Se un buen líder y un seguidor con criterio en pro de tu comunidad.
Un buen líder no debe centralizar el poder. Su función consiste en fomentar la participación, recurrir a sus colaboradores y delegar funciones. Lussier y Achua, en su libro “liderazgo”, afirman que el líder de hoy debe tener la capacidad no sólo de influir en sus seguidores, sino de ser un seguidor.
El líder es realmente quien permite ser cuestionado, quien permite que el acto de seguirlo sea voluntario y sobre todo tiene que ser capaz de mirar todos los puntos de vista. Eso es lo que llaman un liderazgo democrático, donde todas las ideas tienen valor en la consecución de los objetivos. En muchos casos se tiende a mostrar más interés por las tareas y los objetivos que por las personas que trabajan en una actividad o que se verás afectadas por las metas. El líder democrático, según el periodista Carlos Lorza, es capaz de poner en una balanza las prioridades, para de ese modo generar un buen ambiente entre sus seguidores.
Ahora el papel que desarrolla cada integrante del equipo tiene igual importancia, toda vez que para un desarrollo efectivo de las potencialidades de cada uno de los integrantes, se hace necesario la asunción de actitudes más allá de la comodidad de las respuestas automáticas que de un líder. De ahí que un liderazgo efectivo propugne por alimentar todo ese conjunto de capacidades generando actitudes propositivas antes que simplemente ordenar una mano de obra.
De ahí que como lo menciona el periodista Camilo Herrera, el fortalecimiento de las capacidades de liderazgo se encuentra íntimamente relacionado con la autoevaluación y la revisión crítica pero constructiva y permanente. Ello implica, que el líder asuma posiciones éticas que lo lleven más allá del camino de la auto alabanza.
El Líder es quien tiene la capacidad de escuchar la crítica para mejorar. El primer paso es entender que todo está por hacerse. Y esto causa un mejor colaborador. Además, los colaboradores pueden ser borregos, como afirmaba Nietzsche, ó pueden ser reflexivos y buscar la forma de mejorar a su líder. El colaborador debe ser crítico en el proceso al que pertenece para ser parte fundamental del mismo.
Se un buen líder y un seguidor con criterio en pro de tu comunidad.
Nota por: Javier Rosero