HISTORIA: Bicentenario de La Independencia

APUNTES SOBRE LA BATALLA DE BOMBONÁ, 7 DE ABRIL DE 1822

Piedra de Bolívar, Bomboná (Consacá, Nariño). Tomado de http://consaca-narino.gov.co/apc-aa-files/37646639383363666362303832653161/DSC00801.JPG

“Son herejes y cismáticos detestables, los que pretenden la independencia de España; así los que defienden la causa del Rey combaten por la religión y si mueren vuelan en derechura al cielo” Obispo Jiménez Encizo. En: Historia de la revolución de Colombia en la América Meridional”, Biblioteca cultural colombiana, Bogotá, 1942, p. III, p. 97.

Ante el olvido generalizado de los hechos que han marcado nuestra región y aún nuestra propia cultura, es necesario recordar algunos momentos clave que si bien corresponden a fechas concretas de la historia ruidosa de los pueblos, están inmersos en complejos procesos históricos que escapan de la simple dialéctica de lo negro y lo blanco que desconoce la existencia de matices intrínsecos a todas las conductas humanas. Sin embargo, sin querer desconocer esa complejidad, es necesario hacer algunos sencillos apuntes que servirán a algunos para hacer un ejercicio de memoria, y para otros, darán alguna información básica sobre un acontecimiento del pasado.

El día 7 de abril de 1822 domingo de pascua, dos ejércitos se encuentran en los campos de Bomboná, junto al volcán Galeras en cercanías al poblado de Consacá. De un lado, el ejército patriota conducido por Simón Bolívar con los batallones “Rifles”, “Cazadores Montados”, “Húsares”, “Bogotá”, “Vargas” y escuadrones de guías; de otro, las tropas realistas al mando de Basilio García, con los batallones “Aragón”, “Cataluña”, “Escuadrón Invencible”, y un numeroso contingente de milicias compuestas por gente de la ciudad de San Juan de Pasto.

Hay que recordar que Pasto, en la guerra de independencia, mantuvo de manera general una posición cercana a los intereses del bando realista, situación que ha sido expuesta desde diversas ópticas por los historiadores locales y regionales, pasando por explicaciones que van desde la alta influencia de un clero conservador, la amenaza constante de invasión por parte de los ejércitos que abanderaban la causa patriota y la defensa de la tierra, así como posturas que observan posiciones autonomistas frente a otros centros de poder regional como Popayán o Quito.
Según los datos que ofrecen los estudios históricos, las escaramuzas iniciaron a las tres de la tarde, y siguieron en el transcurso del día hasta las ocho de la noche. El desenlace fue incierto y aún hoy, la evidencia histórica es objeto de controversia acerca de los “vencedores” de la contienda en aquella jornada épica; en cifras y según conteos de la época las bajas republicanas fueron de 200 muertos y 357 heridos y las realistas, de 20 muertos y 60 heridos y no obstante, por las circunstancias posteriores en uno u otro bando, se han fijado posiciones, que indican victoria para uno u otro bando.

Como lo indican los historiadores regionales, sólo las circunstancias posteriores definirían no sólo la suerte de los bandos patriota o realista, sino de manera primordial el curso de la guerra en el sur, que como proceso y en forma diferente al resto de las regiones siguió su curso más allá de la gesta de la Batalla de Boyacá. Se presentaría tiempo después la capitulación de Pasto en el mes de junio de 1822, el resurgimiento de la lucha en cabeza de algunos líderes reconocidos de la resistencia como fue Agustín Agualongo, los tristes sucesos de la Navidad Negra de 1822, hechos históricos que marcaron de manera definitiva y aún tienen consecuencias importantes en la construcción de una identidad regional.

Volviendo a la batalla y para culminar este breve resumen siendo más que una reseña, una mera invitación a la comunidad a conocer su historia de manera crítica y razonada, para comprender sin apasionamientos enceguecedores los hechos que configuraron nuestra realidad hasta el día de hoy, basta referir algunas citas que permiten vislumbrar la dureza de la pelea y las controversias referidas sobre quién resultó vencedor. La situación no era clara, tanto unos como otros declaraban su victoria.

Gerardo León Guerrero, en un texto titulado “Pasto en la guerra de independencia: 1809- 1824”, señala algunos testimonios de los participantes: “El general jefe Bartolomé Salom decía “nosotros quedamos dueños del campo de batalla” y Bolívar comunicó así: “después de un triunfo muy glorioso, tomando este campo de Cariaco, hemos cumplido con un deber sagrado tomando el más vivo interés por nuestros heridos que estaban perdidos por estas engreñadas breñas…”. El comandante realista Basilio García informaba al capitán general Juan Cruz Murgeón: “Esta América, por la obstinación y constancia de uno y otro ejército… fue tenaz el enemigo para tomar esta primera posición, y así pagó su atrevimiento, que desengañado volvió atrás dejando el campo cubierto de muertos, a donde bajaron mis tropas, y recogieron los fusiles y municiones con una bandera y los demás despojos; trayéndose los heridos que pudieron verificarlo…”

César Alberto Torres Quijano
Vicepresidente 2009-2010
Club Rotaract Pasto Valle de Atriz

NOTA: Algunos textos que hablan sobre la batalla de Bomboná, y sobre los procesos de independencia en Pasto son:

1.- GUERRERO VINUEZA, Gerardo León. “Pasto en la guerra de independencia 1809- 1824”. Bogotá: 1994, Tecnimpresores LTDA. 195 p. Citados en este artículo: p. 133-134 y 124.

2.- OVIEDO G., Carlos A. Bomboná, 1.822, Breve estudio histórico geográfico. Pasto: 1973, Imprenta del Departamento. 62 p.

3.- CORAL B., Luis Alberto. Jornada de Bomboná. S.l.: s.e., s.f. 44 p.

4.- ACADEMIA NARIÑENSE DE HISTORIA. Manual Historia de Pasto, tomo 10. Pasto: Graficolor, 2009. 506 p.