EL CIVISMO EN EL CONTEXTO DEL DESARROLLO HUMANO
En los últimos tiempos, el máximo propósito de la comunidad mundial es el desarrollo humano; término, a mi juicio, vaciado en contenido y utilizado indiscriminadamente, algunas veces, como slogan o como adorno, lejos del verdadero sentido que su acepción implica, en procura de vivir mejor. Surgen entonces interrogantes como, ¿Qué es y cómo alcanzar el desarrollo humano?
Habrá desarrollo humano cuando las personas y las comunidades seamos capaces de: satisfacer dignamente las necesidades básicas (alimento, vivienda, salud, educación, recreación y afecto); desarrollar nuestras potencialidades; vivir la vida personal, familiar y comunitaria en convivencia y paz, ejercer la libertad y la autonomía; y estar en reconciliación y armonía con la naturaleza y el medio ambiente.
Manfred Max Neef, premio Nobel alternativo en economía, afirma que “De hecho, cualquier necesidad humana fundamental que no es adecuadamente satisfecha revela una pobreza humana. Hay una pobreza de Subsistencia (si la alimentación y el abrigo son insuficientes); hay una pobreza de Protección (debido a sistemas de salud ineficientes, a la violencia, la carrera armamentista, etc.); hay una pobreza de Afecto (debido al autoritarismo, a la opresión, las relaciones de explotación con el medio ambiente natural, etc.); hay una pobreza de Entendimiento (por la deficiente calidad de la educación); hay una pobreza de Participación (por la marginación y discriminación de las mujeres, los niños o las minorías étnicas); hay una pobreza de Identidad (cuando se imponen valores extraños a las culturas locales y regionales, o se obliga a la emigración forzada, el exilio político, etc.); y así sucesivamente.”
De hecho, la responsabilidad de trabajar contra las pobrezas, las desigualdades y las injusticias, les corresponde a los estados, a los gobiernos, a las escuelas y universidades, a las organizaciones públicas y privadas; pero fundamentalmente es tarea de un liderazgo efectivo, un tanto menguado y a veces ausente en nuestro medio.
He aquí el escenario propicio en el que el CIVISMO tiene la oportunidad de ser y de actuar. Esta es la tarea que nos espera a las personas que hacemos parte de entidades cívicas como ROTARY, personas que hemos sido capaces de trascender a las preocupaciones personales y familiares, para ocuparnos de las necesidades y de las “pobrezas” de los demás, sin esperar nada a cambio y con el propósito de contribuir a la construcción de una nación justa, respetada y libre.
Miles y miles de personas desfavorecidos de conglomerados vulnerables esperan de una mano amiga, solidaria y desinteresada que les ayude a mitigar sus penurias y dificultades. La tarea del líder cívico debe ser contundentemente formativa antes que asistencialista, debe ser oportuna y concreta, debe ser insistente y permanente y debe ser capaz de presentar.
Por: Oscar Coral López. Vicepresidente Club Rotario Pasto Valle de Atriz. Cortesia Boletín Rotatriz No. 1